24/05/2023

CEIM celebra la entrada en vigor del Convenio de la OIT sobre violencia y acoso

Ha entrado en vigor en España un nuevo Convenio de la Organización Internacional del Trabajo, número 190, que data de 2019, y tiene como objetivo fortalecer una cultura del trabajo basada en el respeto mutuo y la dignidad. 

Conviene que su eventual desarrollo normativo en España se realice a través el diálogo social, que, por otra parte, es la base misma de la OIT, puesto que incluye, como a continuación se expone, obligaciones que es necesario priorizar, matizar y gestionar de forma realista en las empresas.

Solamente desde esta vía conjunta de negociación y colaboración, podrá adaptarse con solvencia el Convenio, incidiendo realmente en los aspectos a mejorar y limitando el alcance que en la empresa puede darse a algunos comportamientos delictivos, como la violencia sobre la mujer en el ámbito doméstico, donde la responsabilidad de la empresa es nula. 

No obstante, incluso en relación con este ámbito privado, cada vez más convenios colectivos incorporan políticas de acción positiva sobre las trabajadoras víctimas de tal lacra en su ámbito personal más íntimo.

Así, partiendo de que el acoso y la violencia, en general, incide especialmente en la mujer, es necesario que entre todos sigamos fomentando una cultura del trabajo basada en el respeto mutuo y la dignidad; extendiendo también la protección a quienes participan en programas formativos, voluntarios y personas que buscan empleo.

En el contexto actual, resulta clave poner negro sobre blanco la política empresarial en relación con las comunicaciones en el trabajo, sobre todo las telemáticas, así como en la tolerancia cero con prácticas de hostigamiento sistemático (también información falsa repetida o menoscabo frecuente de la confidencialidad) o comportamientos violentos, sean quienes sean los autores y las víctimas, puesto que entre estas también puede estar el empresario o empresaria, como sucede a veces en la deriva coactiva de algunas protestas laborales.

Es necesario examinar con precisión cómo se traslada esta regulación a las pymes, ponderando siempre la responsabilidad empresarial acorde con el grado real de control sobre las situaciones, especificando por sectores y ocupaciones, ayudándolas a implantar los cauces de denuncia y apostando por articular elementos de apoyo en la resolución de conflictos relativos al clima laboral, que son a veces la fase previa de resultados más lesivos.

En este sentido, la Comunidad de Madrid ha sido pionera en poner al servicio de trabajadores y empresas madrileñas un servicio de intermediación sobre riesgos psicosociales, buscando una solución equilibrada y, sobre todo, que el posible riesgo se erradique definitivamente.

Necesitamos, por tanto, traducir el Convenio en una estrategia integral, conjunta, que parta de los principios de la prevención de riesgos laborales en un contexto ya marcado por el auge del compliance. Es un desafío que solamente a través del diálogo social puede llevarse a cabo con energía.

Es imprescindible tener espacios de trabajo seguros, donde los posibles comportamientos humanos intolerables son reconducidos a través de medidas ponderadas, realistas y eficaces.


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