¿Cómo afecta la Nueva Regulación Europea para la Inteligencia Artificial a la empresa?

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La Unión Europea ha dado un paso trascendental al convertirse en la primera región del mundo en implementar un marco jurídico uniforme para la Inteligencia Artificial (IA), conocido como el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (RIA). Este reglamento busca proteger los derechos fundamentales de las personas mediante un enfoque basado en riesgos, similar al Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). El RIA se centra en la seguridad pública, los derechos humanos y la privacidad, al tiempo que impulsa la innovación y la gobernanza en el ámbito de la IA. Este avance establece una base regulatoria que las empresas deben seguir para evitar sanciones y asegurar el uso ético y responsable de la tecnología.

El RIA clasifica los sistemas de IA en varias categorías de riesgo: inaceptable, alto, y limitado. Los sistemas de riesgo inaceptable, como aquellos que manipulan cognitivamente a las personas o realizan identificación biométrica en tiempo real en espacios públicos, están estrictamente prohibidos. Los sistemas de riesgo alto, que incluyen aplicaciones como dispositivos médicos supervisados por IA o sistemas de selección de personal, deben cumplir con rigurosas evaluaciones de conformidad y supervisión humana. Las empresas deben adoptar medidas específicas de transparencia y gobernanza de datos para garantizar la precisión y seguridad de estos sistemas. En caso de incumplimiento, las sanciones pueden llegar hasta el 7% de la facturación anual global, lo que subraya la importancia de la adherencia a estas regulaciones.

Las empresas deben crear una cultura de comprensión y gestión de riesgos asociados con la IA, promoviendo la alfabetización en inteligencia artificial entre empleados, clientes y terceros. Esto incluye la implementación de sistemas de gestión de riesgos y calidad, supervisión humana, y ciberseguridad robusta. La regulación también establece plazos específicos para la adaptación, como los seis meses para disposiciones sobre IA prohibidas y dos años para obligaciones de sistemas de alto riesgo. Este enfoque integral y estratégico garantiza que las organizaciones no solo cumplan con el nuevo reglamento, sino que también fortalezcan la confianza y la competitividad en un mercado global cada vez más exigente.

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